miércoles, junio 18
La Lámpara
lunes, junio 16
La Nube
sábado, junio 14
Verde
El verde fue el color de mi niñez. Eran verdes las moreras de mi casa, los caminos que recorría cada día para ir a la escuela, el agua de las charcas en las que nos parábamos rodeadas de almendros, los renacuajos que encontrábamos, y también mi corazón. Era verde, a pesar de todo, verde.
Hoy mis recuerdos recorren con añoranza instantes descoloridos de verde: el olor a tierra mojada, el sonido de las hojas mecidas por el viento, la infancia, el camino por recorrer, la flor del almendro. Pero sobre todo el verde, fresco, sereno, lejano, casi olvidado... (C.M.)
Alegre
Hoy hablé con el sol
y me cogió de la mano...
Yo le ofrecí mi frescura
para aliviar su calor
y a cambio, querida madre,
¿sabes él lo que me dio?
Secretos de mil colores
que sólo él puede obtener,
el milagro de las flores
y la luz del amanecer.
Quiero enseñar mi regalo.
madre...
es mucho para mí sólo,
ni aunque viviera cien años
lo disfrutaría todo.
Dame los lápices, madre,
que ya no puedo esperar.
Y no cierres la ventana...
porque el sol me va a ayudar
jueves, junio 12
Al rojo
Es el infierno, pero
no habrá muchos lugares más hermosos, más dignos
de vida, que ese infierno inhabitable.
Sobre todo, cuando las llamas ceden
y los troncos al rojo, antes de consumirse,
limitan un espacio palpitante,
un interior de víscera cordial
que es también una cueva de cuento o un palacio
de muros inflamados o un reino submarino
por el que navegase un pez de fuego.
Sigues con la mirada su ondulación precisa
entre volutas azuladas,
su adecuación a un mundo de corales ardientes
que celebra su propia destrucción
(y aquí estalla una flor de fuego, o llueve
un rimero festivo de chispas luminosas).
LLevas horas mirándolo.
Llevas horas ardiendo tú también.
(Brasas. José Manuel Benítez Ariza.)
miércoles, junio 11
La Flor
martes, junio 10
Azul
sábado, junio 7
Testamento
TESTAMENT
Je lègue à mes amis
un bleu céruléum pour voler haut
un bleu de cobalt pour le bonheur
un bleu d' outremer pour stimuler l' esprit
un vermillon pour faire circuler le sang allègrement
un vert mousse pour apaiser les nerfs
un jaune d'or: richesse
un violet de cobalt pour la rêverie
une garance qui fait entendre le violoncelle
un jaune barite: science-fiction, brillance, éclat
un ocre jaune pour accepter la terre
un vert Véronèse pour la mémoire du printemps
un indigo pour pouvoir accorder l' esprit à l’orage
un orange pour exercer la vue d' un citronnier au loin
un jaune citron pour la grâce
un blanc pur: pureté
terre de Sienne naturelle: la transmutation de l’or
un noir somptueux pour voir Titien
une terre d' ombre naturelle pour mieux accepter la mélancolie noire
une terre de Sienne brúlée pour le sentiment de durée.
Vieira da Silva
viernes, junio 6
Dama
Sus ojos son de huérfana cuando llueve en un jardín donde
un pájaro lila devora lilas y un pájaro rosa devora rosas.
Tengo miedo del lobo gris que se disimula en la lluvia.
...
No hay quien pinte con colores verdes.
Todo es anaranjado.
Si soy algo soy violencia.
Los colores rayan el silencio y crean animales deteriorados.
Luego alguien intentará escribir un poema.
Y será mediante las formas, los colores. el desamor, la lucidez
(no continúo porque no quiero asustar a los niños)...
Del silencio (Alejandra Pizarnik)
jueves, junio 5
Fresco
miércoles, junio 4
Sensaciones
(…)Sería maravilloso poder tirar todos los muebles por la ventana y, junto con ellos, todas las reiteraciones sin sentido sobre sensaciones físicas, todas las viejas y aburridas pautas, y dejar la sala tan desnuda como el escenario de un teatro griego, o como esa casa a la que descendió la gloria de Pentecostés; dejar el escenario desnudo para el juego de las emociones, las grandes y las pequeñas, puesto que la insípida amplitud mata de igual forma el cuento infantil que la tragedia. Dumas padre enunció un gran principio cuando dijo que para crear un drama un hombre necesitaba una pasión y cuatro paredes. (...)
Willa Cather
Color, calor
martes, junio 3
Mirar
Imaginar
Inspiración
Algunas veces entras en la nube del silencio y el tiempo se detiene, o desaparece, aunque oigas sus latidos que te apartan del pulso de las horas.
Algunas veces, sin buscarlo, penetras en mundos paralelos y recorres sin moverte sus rincones, y conoces otros seres que te llaman descaradamente, que te arrastran cogidos fuertemente de tu mano. Y aparece ese vapor borroso que te rodea lentamente. Y te hace olvidarlo todo, menos tú mismo y tu voz que te habla fuerte y claro.
A veces el mundo se expande, y tú estás dentro, y andas, andas lejos, hasta el horizonte. Y entonces ya no quieres volver, ni respirar, ni parpadear, por si estás dormido o sueñas, por si despiertas y todo desaparece y se esconde en el olvido.
A veces, sólo a veces, los dioses te sorprenden con momentos mágicos. Y tú... lo agradeces.
C.M.
El Muro
Y los violines después, semejantes a pájaros diminutos y ligeros que jugueteasen por los aires.Y entonces el piano, como un riachuelo que corretea sobre las piedras hasta alcanzar los prados verdes y agrandarse en el río, aguas mansas, aguas bravas, feroces cascadas y pozos reposados, y los dedos interminables de Chopin volando sobre el teclado, qué hermoso, qué hermoso...
Pero luego te despiertas y recuerdas que a duras penas distingues el "do" en una partitura. Mierda. Mierda y más mierda, Aline. ¿Por qué la imaginación siempre es mejor que nosotros mismos? Rastros de los ángeles, tal vez, huellas de los gigantes primigenios en nuestra mente. Pero después los músculos no responden y la materia se te resiste, después nunca logras el color que habías soñado ni existe la rima fantasmagórica que inventaste en el duermevela, y la ley de la gravedad te aplasta contra el suelo y jamás te permite volar ingrávido junto al sol. Después resulta que no sabes nada. Que no puedes nada."...
"... Nunca más pintaría, nunca más. Había sido feliz pintando. A veces, incluso había tenido la ingenua sensación de poseer cierto talento y de haber logrado encontrar lo que andaba buscando. Como si hubiera sido capaz de atravesar ese muro del que habla Van Gogh, ya te lo he dicho, el muro que se alza entre deseos y realidad. Ahora sabía que eso era imposible. No era un muro. Era el Muro. Llegaba hasta el cielo. Hasta el infierno. Sí, entre lo que yo quería expresar y lo que podía expresar había un abismo de calderas ardientes, de vapores asfixiantes, de llamas elevándose a mi alrededor y quemándome. El mundo era un infierno. La pintura era un infierno. Mi incapacidad era el Infierno. Nunca más podría pintar."... ( Ángeles Caso. Del Libro "La Tierra vista desde el Cielo").